Pastoral Santiago. 31 de enero de 2021

Ayer, nuestro querido Arzobispo Don Julián, decretó la suspensión de la Semana Santa 2021, apelando al sentido de la responsabilidad y dando ejemplo de solidaridad, ante la grave y preocupante situación sanitaria que estamos viviendo.

Al principio, me invadió un sentimiento de nostalgia, llevado por mi espíritu cofrade, como le habrá pasado a tantos miembros de hermandades y cofradías, pero enseguida retomé el ejemplo y papel que debe tener la iglesia en estos momentos en la sociedad, y me acordé de tantos capellanes de hospital y voluntarios, así como de profesionales, desde médicos, celadores, enfermeras, personal de manteamiento, que están en primera línea de fuego contra este bicho. Ahí me surgió la pregunta: ¿Quién dijo que no hay Semana Santa? Cuando todos ellos están dando el mejor testimonio de llevar ese Cristo pobre y crucificado, es decir, el enfermo, el consuelo y la esperanza.

Este «parón cofrade» nos tiene que servir para interiorizar el verdadero sentido de la Semana Santa, y estoy seguro que la próxima primavera saldremos a las calles para hacer de nuevo esta catequesis pública que las cofradías llevan a cabo cada año por Semana Santa

 

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